¿Qué significa ser un
espía?
WHITTAKER CHAMBERS
DE ESPÍA COMUNISTA A
CATÓLICO EXISTENCIAL
ÍNDICE:
1. ¿Por
qué?.
2. La
“Quinta Columna”.
3. Whittaker
Chambers.
4. El caso
Chambers Hiss.
5.
Bibliografía.
¿POR QUÉ?
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Zar Iván IV "El Terrible" |
“El Zar Iván IV el
Terrible tenía apenas trece años en 1543 cunando hizo que sus perros
despedazaran a su primer ministro, el príncipe Chuisky. En 1560 la muerte de su
mujer le sumió en un estado de ira vengativa. Convencido de que ocultaban a un
potencial traidor, sospechaba de todo el mundo por lo que fue exterminando en
círculos concéntricos a todos los allegados de sus enemigos, reales o
imaginarios. Creó una guardia próxima, la oprichnina,
a al que concedió todos los poderes y la que aplicaba el terror individual y colectivo. En 1572
liquidó a los miembros de la oprichnina
antes de asesinar a su propio heredero. Durante su reinado se instituyó la
servidumbre de los campesinos. Pedro el Grande no se mostró más clemente con
los enemigos declarados de Rusia ni con la aristocracia o el pueblo; y también
él asesinó a su heredero con sus propias manos.” [1]
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Zar Pedro "El Grande" |
Viendo poca cosa de
historia del pueblo ruso, uno ya se da cuenta que tantos años de subordinación
de un pueblo atemorizado, se da por los largos siglos de Estados dictatoriales
y terroristas que ha sufrido. Por tanto, no es difícil imaginar un pueblo
sumiso, dirigido como si de ovejas se tratara, hacia el cruel comunismo moderno
que se desarrolló a lo largo del s. XX. Sin embargo, lo que es más difícil de
imaginar, es cómo una persona fuera de estos ambientes, alejada de este país,
pudiera aferrarse a este tipo de régimen. Aunque influyen muchos aspectos,
sobre todo personales, en cada individuo, además de factores externos a ellos a
lo largo de su vida, la mayoría se pueden resumir en la respuesta más corta, -la
persecución de una utopía: el sueño marxista- pues todos esos factores
normalmente acaban derivando en ella.
Muchas personas,
atraídas por la utopía, y engañadas por los dirigentes de los partidos
comunistas en todo el mundo, no eran realmente conscientes de a qué le estaban
dando apoyo, pues las grandes purgas siempre se justificaban, casi siempre con
acusaciones falsas, igual que tampoco se tenia consciencia de la brutal
represión que se estaba viviendo al otro lado del “telón de acero”, ni incluso
antes, durante el duro proceso de colectivización, en el que la hambruna que
asoló los campos, solamente en las regiones del Volga ocasionó la muerte a más
de cinco millones de personas, de las cuales los niños fueron las primeras
víctimas[2].
Sin embargo, otros como por ejemplo el mismo Hobsbawm, no anularon su
afiliación al partido comunista cuando la realidad salió a la luz. Puede que
porque pensara que el “supuesto” fin justifica los medios, o simplemente porque
no le daba tanta importancia a una acreditación, que seguro le había servido en
muchas ocasiones para acceder a fuentes inaccesibles de otro modo. Pero
volviendo a los atractivos del comunismo en los años 30’ del s. XX, que
hicieron que se incrementara el números
de partidos comunistas, a parte de que la mayor parte del mundo no era
consciente de los horrores que se practicaban, la Unión Soviética había pasado
de ser un país agrícola, a ser una potencia capaz de competir con recursos como
el carbón, el acero y el hierro. Éste “progreso” hacía entrever que de algún
modo el sistema comunista estaba funcionando, en contraste con la devastada
Europa occidental.
“¿Cuales son los
múltiples y diversos motivos por los que incluso el más puro de los corazones y
el más inocente de las personas pueden ser arrastrados a cometer un delito
monstruoso (como el asesinato a sangre fría)?”. Ésta es la pregunta que se hace
Gary Saul Morson en una revisión[3]
del libro “Whittaker Chambers: el espíritu de un contrarrevolucionario”. La respuesta que él da es extensa: según él,
la gente se vuelve comunista huyendo del sentido puramente materialista del
capitalismo, y no le proporciona una respuesta a las dos preguntas que el
hombre se cuestiona sin descanso, su “sentido para vivir y para morir”. Su
propio ateismo lo convierte en una religión, una secta. El atractivo reside en
su explicación de la historia, que eleva al hombre en calidad de Dios. Los
liberales ingenuos, pensaron que con denunciar los crímenes estalinistas era
suficiente para volver a promover la fe comunista. Pero sin embargo, ¿no era
eso lo atrayente?: se trataba de un desafío, el horror que provocaba los
crímenes en masas era la prueba de fuego para “los elegidos” que debían salvar
el mundo, ¿tenían verdaderamente la suficiente fe y fuerza moral para soportar
sobre sus espaldas los crímenes de la historia, para que por fin el ser humano
pudiera finalmente reemplazar el sufrimiento por un propósito y un plan?. “El
pueblo ruso era redentor del mundo. No se comete crueldad alguna. Sólo se mata
a los que hay que matar. Sólo se tortura a aquellos cuya confesiones son
necesarias, y sólo se deporta a los grupos sociales que hay que deportar”,
“habían emprendido la tarea deconstruir un hombre nuevo, como el escultor
esculpe una escultura en un bloque de piedra: cortando todo lo que está de más”[4].
LA “QUINTA COLUMNA”
“La quinta columna es
el término con el que se designa a aquel conjunto de fuerzas clandestinas que
en el interior preparan y facilitan el ataque desde el exterior. “[5]
Los mecanismo de
lucha habían cambiado de la primera a la segunda Gurra Mundial, y no pasó
diferente con la que vino después, la llamada Guerra Fría. La lógica que siguió
ésta, fue una política de enfrentamiento ideológico y psicológico, mucho más
que físico, iniciado por la necesidad de
la creación de áreas de influencia, lo suficientemente grandes para protegerse
de ataques inminentes de los adversarios, pues la desconfianza era mutua.
El régimen comunista
esperaba que el sistema capitalista se terminara autodestruyendo, y realmente
tenían una gran fe en ello: así lo afirma el propio Stalin en el discurso de
febrero del 46’ para conmemorar la gran victoria en el frente oriental. En él,
alaba al pueblo soviético, además de proclamar la superioridad del comunismo
frente al capitalismo, además de afirmar que comunismo y capitalismo son
totalmente incompatibles a largo plazo, y que en algún momento el comunismo alcanzaría
la victoria mundial. Durante todo el discurso, el dictador hace hincapié en el
hecho de “sabotear” al sistema capitalista para acelerar el proceso, y preparar
el terreno a su favor: pero los Caballos de Troya no son nada nuevo en la
historia. Los espías y rebeldes habían participado de los conflictos entre
pueblos durante toda la antigüedad, sin embargo, a finales del s. XIX ni la
opinión pública ni los estados mayores eran partidarios del “juego sucio”, iba
en contra de las normas de conducta de cualquier gentelmen. Pero la carga ideológica que provocó las masificaciones
de principios del siglo XX invirtió esta opinión: el espía, revolucionario o
guerrillero, era admirado con la etiqueta de “representante de la voz del
pueblo”, en contra de los innobles y de los mecanismos usurpadores y enemigos
de la patria.
Con la reticencia al
“juego sucio”, en los momentos previos a la primera Guerra Mundial y en los
años de entreguerras, para poder competir con los servicios de información
alemanes, fue no crear organismos oficiales con éste fin, sino, resolverlo a
partir de personas comunes, no profesionales, abruptamente implicados en la
maraña para que todo quedara en las sombras. Así creían que el honor del país
quedaba intacto. Incluso durante el periodo de entreguerras, el secretario de
Guerra cuanto a Roosvelt, Henry Stimson, no aprobó la creación de una
organización dedicada exclusivamente al espionaje, argumentando que “los
caballeros no abren el correo de otros caballeros”. [6]
Aunque si que aceptaron el contraespionaje.
Durante el periodo de
entre guerras, y al haberse destruido los valores jerárquico sociales, estos
pudores empezaron a desaparecer rápidamente, y aparecieron a popularizarse
“mitos” sobre grandes conspiradores: T.E.Lawrence, leyenda británica, decisivo
para el fin del imperio otomano o Lenin en Rusia, que le dio un giro decisivo a
la revolución. El progreso del espionaje y la aceptación de estos métodos se
pueden observar con la popularidad que obtuvo el mito de Mata Hari.
Durante la segunda
Guerra Mundial los aliados se unieron a la táctica de espionaje, pues se decía
que los japoneses habían preparado el ataque a Pearl Harbor desde el interior,
y lo mismo se decía de la extraordinariamente rápida toma de Francia por los
ejércitos nazis.
En poco tiempo empezó
una paranoia general sobre “el enemigo interior”, que incluso hizo que los
estadounidenses internaran en campos de concentración a la población
norteamericana de origen japonés.
Así pues, Roosvelt
autorizó al FBI a abrir la correspondencia y controlar los teléfonos de los
sospechosos, y en 1942 se fundó la OSS, Office
of Strategic Services. A esto siguieron otra serie de instituciones con
fines similares, como en 1947 la creación de la CIA, Central Intelligence Agency, o en 1952 la National Security Agency, para el control de todos los sistemas de
comunicación mundiales.
Sin embargo, tras la
segunda Guerra Mundial, de las dos potencias enfrentadas, era la Unión
Soviética la que más experiencia tenía en cuanto a espionaje. Además, como explica
genialmente Whittaker Chambers en su novela Witness, poseían muchos aliados que
no sabían que lo eran: “un profesor que se ríe ante sus alumnos de Dios está de
nuestro lado[7],
un abogado que defiende a un asesino educado, por que es más educado que sus
víctimas es uno de nosotros, y el fiscal que tiembla por temor a no parecer lo
bastante progresista también está de nuestro lado”. Pero no solamente esto: aparentemente,
los soviéticos poseían una extensa red tentacular de informadores, tanto dependientes
de profesionales del espionaje como de los partidos comunistas extendidos por
todo el orbe: entre ellos se encontraban algunos de los agentes de las redes
más eficaces de la historia del espionaje como “red Lucy”, “La Rote Kapelle”,
Richard Sorge o los “cinco Magníficos”.
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Richard Sorge: miembro de la NKVD, espía destinado en Japón. Envió un informe a Stalin sobre el ataque alemán a Rusia, y éste lo desoyó. Actualmente en Rusia es considerado un ídolo. |
Éstos son los rumores
que ensalzan el espionaje de posguerra de los soviéticos, que en pocos años
consiguieron ponerse a la altura descubriendo los secretos armamentísticos de
los estadounidenses. Pero sin embargo hay que desmitificarlo, pues el ataque
que sufrieron de los alemanes en realidad les pilló por sorpresa, a pesar de
las “grandes redes”. Pero nadie dudaba
de lo que se llamaba “la conspiración bolchevique”, que se fue desenmarañando
poco a poco, con la ayuda tanto de los espías aliados, como de los espías del
equipo contrario renegados: por ejemplo, en 1945, la redención de Igor Guzenko,
oficial de cifrado de la embajada soviética en Ottawa, Canadá, sirvió para que
salieran a la luz los nombres de personajes estadounidenses, altos cargos, que
formaban parte de la maraña de espionaje soviéticos. Aunque en 1945 no se le
dio mucha importancia, en 1948 se usó como ofensiva al partido republicano,
sacando a la luz nombres como el de Alger Hiss, que había sido uno de los
cerebros del New Deal de Roosevelt en los años 30’, diplomático enviado a la
conferencia de Yalta y cofundador de la ONU; Harry Dexter White, quien durante
la guerra trabajó en el Departamento del Tesoro Norteamericano, y en ése
momento era el presidente del Fondo Monetario Internacional. Incluso al poco
fueron detenidos físicos nucleares como Klaus Fuchs o el matrimonio Rosenberg,
que fueron ejecutados en la silla eléctrica.
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Emblema de la "NKVD" |
Estos acontecimientos
acaecían mientras en Europa se producía el Bloqueo de Berlín. La muerte de los
Roosenberg no fue bien recibida en Europa, en un momento en que estaba clara la
rivalidad entre LA Unión Soviética y los Estados Unidos, compitiendo por todo.
Justo en éste momento es cuando aparece Joe McCarthy, presidente del Comité de
Actividades Antiamericanas, acusando a prácticamente todo el mundo de conspirar
a favor de la política del Kremlin. Y cada vez que se le recriminaba algo él se
respaldaba con el caso Hiss o Roosenberg. Estaba fervientemente convencido de
que se extendía una inmensa red de espías, más allá de lo imaginable, y lo
exageraba de tal modo que parecía que iban a haber micrófonos soviéticos hasta
en la sopa. Tanto lo pensaba que tenía una red de espías subcontratada al
margen del gobierno (la International Services of Information Fundation), para
espiar a todos y cada uno de los miembros de la CIA. McCarthy había llegado tan
lejos como para prohibir cualquier obra que tuviera algo que ver con el
comunismo. Así, libros que habían sido condenados por primera vez por los nazis,
lo eran por segunda vez por McCarthy.
El Comité por la
libertad cultural, decidió reunirse en secreto, y discutir sobre el macartismo,
o cómo ellos lo llamaban, el “nosabernadismo”. Estaban divididos en dos
opiniones claramente diferenciadas: la postura “pura”, proponía defender por
igual a comunistas y no comunistas en cuanto a derechos civiles y libertad
cultural, y la “impura”, proponía defender únicamente los derechos de aquellos
que eran acusado de comunistas sin pruebas o erróneamente. Finalmente no se
pusieron de acuerdo y no hicieron nada. (Millones de libros fueron eliminados
de las bibliotecas tanto norteamericanas como en el extranjero, pues el
Departamento de Estado, en contra de oponerse a McCarthy, publicó un decreto en
el que prohibía todo tipo de materiales, incluso las pinturas de “toda persona
polémica, comunistas, compañeros de viaje, etc.).[8]
Y con el paso del tiempo, McCarthy empezó a perder poder, y en 1957 murió solo
y alcoholizado en las calles.
Es evidente, que los acusados
por McCarthy cumplieron algún tipo de condena. Aunque a parte de esto, la
política que se estaba siguiendo era de “recompensar a los chivatos”. Fue el
mismo Whittaker Chambers el que elevó el hecho de chivarse a un arte. Pues los
que seguían su ejemplo, (se redimían y delataban a sus compañeros comunistas),
pasaban a formar parte del Comité de Actividades Antiamericanas, los cuales
tenían un especial afecto por las confesiones públicas, pues, tanto lo de
formar parte del comité como la confesión pública, se justificaban con estas
palabras: “Todos aquellos que se alinearon en el pasado con los comunistas se
les debería dar la oportunidad de dirigir sus energías en empresas y acciones
genuinamente anticomunistas, si es que se está de acuerdo con sus actuales
convicciones”.[9]
Fuera como fuera, y
aunque McCarthy lo exagerara, en realidad sí que encontramos evidencias de esas
supuestas redes de espionaje. Como hemos dicho, Stalin habla claramente de
sabotear para mover la balanza a su favor al comunismo. Pero otro ejemplo claro
es la denuncia de León Trotsky, líder de otro tipo de comunismo con disidencias
hacia Stalin y el estalinismo. A éste se le persiguió por todo el mundo hasta
Méjico. Así la NKVD[10]
muestra su poder mundial. Pues tras un primer intento de asesinato, del que
Trotsky escapó de milagro, escribió una carta dirigida al fiscal General de
Méjico, el 27 de mayo de 1940, denunciando la interrelación entre los partidos
comunistas, las secciones de la KOMINTERN y los departamentos del NKVD[11].
Uno de los casos que
más marcó a los norteamericanos fue el caso Hiss. No podían imaginar que una
persona con tan altos cargos, que tenía tan buena presencia, tan “encantador”,
podía guardar ese secreto. Además él nunca se declaró culpable, a pesar de las
diferentes fuentes que le inculpaban: no solamente por Igor Guzenko, sino
también por Whittaker Chambers.
WHITTAKER CHAMBERS
Jay Vivian Chambers[12]
nació en Filadelfia el día de los inocentes, el 1 de abril de 1901, presagiando
ya que su vida iba a ser tan dura como una constante broma pesada, y murió en
Westminster, Marylnad, el 9 de julio de 1961, de una angina de pecho que lo
persiguió media vida.
Creció en el seno de
una familia disfuncional, en Brooklyn,
donde pasó la mayor parte de su juventud: su padre, además de ser bisexual hacía
constantes desapariciones por largos periodos de tiempo; su madre, Laha
Wittaker, en lo único que pensaba era en su soñado futuro artístico que nunca
llegaría; su abuela, con la que quedó a cargo, no estaba en su juicio, y su
hermano, su único apoyo, se suicidó.
Maravillosamente, el
joven Chambers pudo estudiar hasta llegar a la Universidad de Columbia, además
de empezar a ser un escritor reconocido en su localidad, tanto por sus poemas
como por sus historias. Sin embargo, como dice él en sus escritos: siempre
estaba buscando “algo” que le diera sentido a su vida. En el verano de 1923
viajó a Europa, y pasó unas semanas en Alemania. Al volver, no se graduó.
Fue precisamente el
comunismo de Lenin en 1924, el que le dio ese sentido que andaba buscando, pues
proporcionaba una explicación muy clara al porqué de la disfuncionalidad de su
familia: era la consecuencia directa de la “gran trampa” del capitalismo, y el
comunismo aparecía como un libertador del infierno que había vivido. Supongo
que en lo que no se paró a pensar Chambers, es que de una familia disfuncional
no se puede escapar, pues mires donde mires siempre las hay o buenas o menos
buenas, y tanto unas como otras te recuerdan siempre a la tuya. O lo aceptas o
mueres en vida buscando un por qué. Eso es precisamente lo que atrajo a
Chambers hacia el comunismo, había encontrado algo en lo que pensar, más grande
que sus propios problemas, algo que le daba una explicación: y qué si se
acercaba a una dictadura, mejor que mejor, así no tendría nada en qué pensar.
Aun así, tenía
problemas con los sectores más radicales del partido. Se podría decir que era
un comunista abierto.
En 1925 se afilió al
partido comunista, y en 1926 empezó a escribir en unos periódicos llamado The
New Masses, y también en el New Worker, donde sus escritos rebelaban sus preferencias
políticas. Y así, en 1932 fue reclutado para la red ilegal de espías comunistas:
era su reconocimiento por ser el más caluroso literario bolchevique.
Estaba destinado a la
llamada Sección Cuarta de la Inteligencia Militar Soviética: su trabajo, era
hacer de correo, contacto y organizador de reuniones entre miembros de la
célula comunista, muchos de ellos altos cargos en Washington DC.
Pero es en 1938
cuando decide abandonar el partido, pues dice que se da cuneta de que la
esencia del hombre según el comunismo está basada en mentiras. Se había
aferrado a otra ideología algo diferente: el cristianismo existencial. Además
también colaboró el hecho de estar horrorizado por las grandes purgas, (y
seguramente también por el temor a ser eliminado por los soviéticos). Según él
en su autobiografía “Testigo”, fueron los gritos ahogados de las víctimas de
las purgas, y la forma de las orejas de su hija, tan perfectas, que no podían
haberse hecho así por libre albedrío para servirle de sentido auditivo, los que
hicieron que se diera cuneta de que no se trataba de una lucha capitalismo
contra comunismo, sino comunismo/capitalismo contra libertad.
A partir de aquí,
intentó divulgar por todos los medios, tanto desde el periódico Time como en
entrevistas, el hecho de no subestimar el poder del comunismo, esparcido por
todo el mundo a través de redes clandestinas.
Tras varias
insinuaciones hacia Alger Hiss, uno de los casos más polémicos de espionaje
estadounidense de la Guerra Fría, que le costaron cuantiosas sumas de dinero,
en 1948 fue llamado a testificar por el HUAC (Comité de Actividades
Antiamericanas) a favor del testimonio de Elisabeth Bentley[13],
otra ex espía a cuyos testimonios les faltaba credibilidad. Chambers fue el
principal testigo. Y aunque Hiss siempre lo negó todo, Chambers aportó unos
documentos que había escondido en casa de su hermana, que lo inculpaban
claramente, a Hiss y a otros más. Sin embargo, muchas personalidades se negaban
a creer en la culpabilidad de Hiss, y acusaban a Chambers de poca fiabilidad,
pues en sus confesiones al FBI en el 42, había cambiado la fecha de deserción
del partido comunista, del año 37’ a abril del 48’ para adaptarse a los
documentos.
Fue después del caso
Hiss cuando escribió su libro “Witness”.
Quería salvar al
mundo del comunismo, pero además de los revolucionarios capitalistas: él
afirmaba haber vivido en los dos bandos, y en uno fue infeliz por la falta de
principios por la libertad, que defendía solo verbalmente, y en el otro era
infeliz también por la falta de principios morales, que cortaban la libertad, y
que eran producidos, no por el materialismo en sí, si no por el arco de
consecuencias negativas de efecto a corto plazo que esto producía. Chambers quería
que occidente saliera de su materialismo profundo, que según él confundía sobre
la naturaleza de las personas y la dignidad, y sobre su comprensión individual
de los orígenes conservadores de la sociedad libre. Creía en una sociedad libre
tras una reconciliación con Dios: el capitalismo necesitaba una conversión al
cristianismo. Una recuperación de los valores, pues como él afirma
constantemente, las personas buscan constantemente algo por lo que vivir, o
algo por lo que morir. ¿Y qué mejor cosa podría ser ése “algo” que no la
libertad en sí?, pues afirma que la libertad es una necesidad del alma, un
esfuerzo hacia Dios, del cual él es el único instigador, y también el único
garante. La libertad externa es solamente un aspecto de la libertad interior,
por tanto la libertad y la religión son indivisibles, pues si el alma muere
(cosa que pasa en ambos “bandos”) no hay justificación ni necesidad para la
libertad. Por tanto, no hay que alejar
la política del camino de Dios, ni creer en la absurda idea de que el hombre se
forja su propio camino. Ésta es la doctrina que pasó a defender, y apoyándose
en esta última frase, quería demostrar, que había sido el propio capitalismo,
con esa idea y otras más de carácter similar, el que había creado los
fundamentos básicos de la doctrina comunista. Por tanto la equivocación era
alejarse de Dios. Además, Chambers era apoyado por el teólogo Henri de Lubac[14],
que escribió a favor de Chambers que no es verdad que el hombre no pueda
construir un mundo sin Dios, pero que sin él, en última instancia, solamente se
puede construir un mundo en contra del hombre.
En el occidente
contemporáneo, todavía hay diferentes posturas en cuanto a la realidad y la
libertad: por una parte se afirma que la realidad debe ser comprendida por la
razón empírica por sí sola, que el hombre no es más que un ser alternativamente
evolucionado. En contraposición, se afirma que la libertad es sólo una ficción
útil porque la historia, la ciencia, la economía y el estado, son los
verdaderos motores que llevan a la humanidad hacia delante.
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Whittaker Chambers el día que declararon a Alger Hiss culpable por perjurio. |
Whittaker Chambers es
más conocido como apoyo en contra del comunismo que como espía en sí. Pues su
regreso a los principios de libertad le convirtió en un pilar contundente en
contra de los comunistas del s. XX. William F. Buckley, Jr. Lo llamó “la figura
más grande que había desertado del comunismo”. Chambers pasó a trabajar para
los conservadores, lanzando sus “verdades” por todos los medios que pudo, como
por ejemplo en la revista Time: “La economía no es el problema central de este
siglo. Es un problema relativo que puede ser resuelto de una manera relativa.
La fe es el problema central de esta edad”, o "El
hombre nunca fue más bestial que en sus intentos de organizar su vida,
individual y colectivamente, sin Dios".
En 1984, el
presidente Ronald Reagan le concedió la medalla de la Libertad, lanzando además
este discurso: “En un momento crítico en la historia de nuestra nación,
Whittaker Chambers se quedó solo contra el terror inquietante de nuestra era. Intelectual
de la perfección, escritor de prosa
majestuosa, y testimonio de la verdad, se convirtió en el foco de una
controversia trascendental en la historia de Estados Unidos que simbolizaba la
lucha épica de nuestro siglo entre la libertad y el totalitarismo, una controversia
en la que la figura solitaria de Whittaker Chambers personificaba el misterio
de la redención humana en la cara del mal y el sufrimiento. Mientras la
humanidad habla de la virtud y los sueños de libertad, la vida y escritos de
Whittaker Chambers se ennoblecen e inspiran.”
En 1988, la granja de
Chambers en Maryland, fue declarada Conjunto Histórico Nacional, por el momento
histórico que presentó al mundo cunado Chambers llevó a los investigadores de
la HUAC ante una calabaza vaciada en el huerto de la finca, donde escondía
microfilms y documentos de espionaje de la década de lo 30’. Allí, se abrió una
biblioteca con documentos personales de Chambers.
Sin
embargo a Chambers no se le estudia en la historia americana. Pues en realidad,
a pesar de poseer los documentos de la calabaza, se ha tardado mucho en poder
confirmar realmente, a través de documentos históricos, el hecho de que
perteneciera a una red de espionaje soviética, pues su nombre no aparece en
ningún documento. Pero la apertura de los archivos soviéticos en 1992, al cabo
de pocos años empezó a dar sus frutos respecto a este tema, pues se ha
identificado a Chambers como el informador “Karl”, “Carlos”, “número 100”, el
dirigente del “Grupo 100”, “Sotyi” y sobretodo muchos documentos se refieren a
al que se cree que fue él como “Robert Zelnis”, pues la descripción de la vida
anterior a la unión del partido como de la posterior concuerdan con la de
Chambers. En algunos libros se defiende fervientemente su credibilidad, como
Alexander Vassiliey, en su libro “El Bosque Encantado”, publicado en 1999, o Tony
Judt, en su libro “Sobre el olvidado Siglo XX”[15],
y además, lo refuerza con el testimonio de María Schmidt, historiadora húngara,
que ha podido comprobar que el nombre de Hiss aparece en los archivos de
espionaje soviético de la década de los 30’ incluso sin ningún tipo de
seudónimo. Así pues, se podría decir que
los intentos de desacreditación hacia Chambers de Nixon y Hiss, fueron en vano,
puesto que milagrosamente, el caso Hiss se ha podido cerrar inculpandole de
traición, (lo único que Chambers no logró en vida). El último que ha salido
publicado es el de “Whittaker Chambers: el espíritu de un contrarrevolucionario”,
de Richard Reinsch. Aunque también hay otros libros, que al parecer ponen en
duda la culpabilidad de Hiss, sobre estar en la actualidad el caso cerrado.[16]
Según David Chambers[17],
Nieto de Whittaker Chambers en una entrevista realizada por su ex compañera de
primaria Maria Elena Vidal[18],
aunque el nombre de Whittaker Chambers no aparezca en los libros de aprendizaje
de la historia americana, sobretodo por haberse eclipsado los hechos con otros
también de gran calibre acaecidos en el mismo momento (como la caida de la
China de Mao), su família no pudo estar más alegre cuando el caso Hiss quedó
cerrado por fin. Aunque la lucha contra la difamación que se llevó a cabo con
Chambers es infinita. Además, tampoco se le nombra, incluso siendo (en su
opinión) el detonante de el macartismo, y sin embargo de este último si se
habla. De todas formas, afirma que todas las obras que lo nombran, adoptan un
enfoque que además de ser partidistas claros de un bando u de otro, no aportan
nada nuevo. Él mismo afirma que está escribiendo un libro que sí adopta una
visión objetiva de los hechos, y que aborda cuestiones antes no planteadas.
Presenta que el caso Chambers-Hiss debería estudiarse para que los jóvenes no
cometan los errores que otros cometieron en el pasado.
Alger Hiss y Whittaker Chambers, cara a cara en Sesión pública del Comité de la HUAC.
EL CASO CHAMBERS-HISS
03 de agosto de 1948: Chambers testimonia bajo citación ante la HUAC y salen a la luz los nombres de más de una docena de comunistas, entre ellos siete exfuncionarios del Gobierno Federal de EE.UU.. Uno de ellos, Alge Hiss, niega las acusaciones. Otros, mueren en extrañas circunstancias.
[20]"Durante un año viví en la clandestinidad, dormía de día y vivía a través de la noche con una pistola o un revólver a mi alcance. * * * He tenido buena razón para suponer que los comunistas podrían tratar de matarme. Desde hace varios años había servido a la célula soviética, sobre todo en Washington, DC * * * Yo sabía que en un nivel superior, un grupo de siete o más hombres. * * * Un miembro de este grupo * * * fue Alger Hiss. "
05 de agosto de 1948: Alger Hiss declara ante la HUAC que nunca ha conocido a un hombre llamado Whittaker Chambers.
"No soy y nunca he sido miembro del Partido Comunista. Yo no creo y no he atendido a los principios del Partido Comunista. * * * Nunca he seguido la línea del partido comunista. * * * Al mejor de mi conocimiento que nunca he oído hablar de Whittaker Chambers hasta 1947, cuando dos representantes de la Oficina Federal de Investigaciones me preguntaron si lo conocía. * * * Por lo que yo sé nunca he puesto mis ojos en él, y me gustaría tener la oportunidad de hacerlo. "
25 de agosto de 1948: Sesión pública del Comité de la HUAC. Hiss y Chambers en la misma sala: Hiss admite poder haber conocido a Chambers con el nombre de “George Crosley”.
Sin embargo Chambers afirma que no es por ése nombre por el que Hiss le conocía: "Él me conocía por el nombre del partido de Carlos. * * * si me hubiera preguntado acerca de mi apellido habría sido una violación de la disciplina del partido ".
-Hiss: "¿Puedo pedirle que hable? * * *
-Chambers: "Mi nombre es Whittaker Chambers".
-El Sr. Hiss se acercó al Sr. Chambers, y dijo: "¿Le importaría abrir la boca más ampliamente?"
-Chambers: "Yo soy editor de la revista Time."
-Hiss: "Creo que este es George Crosley, pero me gustaría oírlo hablar un poco más".
27 de agosto de 1948: Durante el programa de radio Meet the Press, Chambers responde a una pregunta de la entrevista que “si, Alger Hiss era comunista”.
28 de septiembre de 1948: Alger Hiss denuncia a Chambers por calumnias por una suma de 50.000$. Al poco, Chambers lanza otra ofensiva: “doy la bienvenida al señor bien vestido trajeado Hiss. Que no se minimicen las fuerzas que trabajan a través de él, pero, hay que aclarar en última instancia, que Alger Hiss o cualquier otra persona, puede utilizar los medios de la justicia para derrotar a la justicia misma”. En base a esto Chambers recibe otra demanda de Hiss por 25.000$ más, por daños y perjuicios.
Octubre noviembre de 1948: empieza la fase previa a los juicios por difamación. A Chambers se le pidieron las cartas de comunicación con Hiss. Pero Chambers explicó que no había nada que pudiera ayudarle en su situación.
15 de noviembre de 1948: Nathan Levine, el sobrino de Chambers presenta unos documentos que estaban escondidos en casa de su madre: más de 60 páginas escritas a máquina, y más de la mitad de una docena de notas escritas a mano por Harry Dexter White y Alger Hiss, sobretodo desde el Departamento de Estado de EE.UU.. Y además cinco tiras de película de 35mm.
17 de noviembre de 1948: durante el examen previo al juicio por difamación, Chambers entregó los documentos escritos a mano, que se convirtieron en los llamados “Documentos de Baltimore”, y son las pruebas más importantes contra Hiss en sus dos juicios, del 49’ y del 50’, en los que es acusado de perjurio.
19 de noviembre de 1948: Alexander M. Campbell, jefe de la división de Justicia Criminal recibe los documentos. El juicio queda estancado, (uno de los dos está cometiendo perjurio). Se empieza a investigar a Chambers para determinar si ha sido él.
01 de diciembre de 1948: los periódicos Washington Daily News y The Washington Post, publicaron historias acerca de una nueva información. Chambers y unos microfilms escondidos. La HUAC se dirigió a la granja de Chambers en Maryland y allí no encontraron nada, pues Chambers al saber que iban los había escondido dentro de una calabaza vacía en su parcela, inspirado por una película soviética de los años 30’.
02 de diciembre de 1948: Nixon pide una citación, para reclutar cualquier prueba restante. Ésa noche Chambers entrega los microfilms a dos investigadores de la HUAC.
03 de diciembre de 1948: anunciados en la prensa los “documentos de la calabaza”. Pero ninguno de los microfilms llegó a ser fundamental para el caso. Sin embargo, el tribunal de Justicia, estuvo a punto de acusar a Chambers, por no mostrar todas las pruebas desde un primer momento.
15 de diciembre de 1948: Hiss es acusado de perjurio, y condenado finalmente en el 50 a cinco años de cárcel, por mentir sobre el hecho de no haber hablado nunca con Chambers. Sin embargo, no fue juzgado por traición, como pretendía Chambers.
Fue un caso muy duro: durante el proceso se
observa, que incluso el tribunal de Justícia no cree en Chambers, sino en Hiss.
De ahí la reticencia de Chambers de entregar los documentos, seguramente por
temor a que desaparecieran.
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Calabaza que guardaba los “documentos de la calabaza”. |
Ambos personajes estaban hechos de una pasta muy dispar: Chambers
regordete, estudió en Columbia, trabajó como editor de el Daily Worker y del
The New Masses, dos periódicos comunistas, además de ser un autoproclamado
excomunista; sin embargo Hiss, bien plantado, siempre trajeado, Phi Beta Kappa
de la universidad de Johns Hopkins, graduado en la Hardvard Law School, el protegido de Félix Frankfurter, ex secretario de la Corte Suprema de
Justicia. Entró en un puesto menor del gobierno en 1933, defensor de la
Comisión Investigadora del Senado, se unió al departamento de Estado en 1936,
aumentó rápidamente de rango hasta convertirse en ase3sor de Yalta, fue
secretario ejecutivo en la Conferencia de Dumbarton Oaks, después secretario de
las Naciones Unidas, y en 1946 sucedió al Dr. Nicholas Murray Butler,
presidente de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
Durante el juicio, Chambers también fue gravemente
difamado, tanto por Hiss, que anuló totalmente su reputación, como por el
congresista Richard Nixon, que era totalmente escéptico a las acusaciones que
proponía Chambers. Según él, Chambers era un homosexual resentido, por los
desprecios amorosos de Hiss. Las difamaciones llegaron hasta tal punto, que el
propio Chambers intentó quitarse la vida en una ocasión. A estas acusaciones,
Hiss contribuyó diciendo que él y Chambers habían formado anteriormente un
vínculo muy fuerte, pero que en poco tiempo Chambers le acosó por celos
irracionales, y que se sentía despreciado porque él no le había dejado avanzar
en sus hazañas amorosas. Además en varias ocasiones lo califica de
“despreciable homosexual”.
Con la apertura de los archivos soviéticos en
1992 permitió cerrar definitivamente el caso Hiss, a favor de Chambers.
Muchos pasajes de su vida siguen aun
incompletos, a pesar de los esfuerzos de numerosos historiadores, pero todos
están de acuerdo en que fue un hombre misterioso (los únicos que le describen
como una persona con sentido del humor son sus familiares más allegados).
Muchos le odiarán por haber sido un traidor, o hacia su país o hacia sus
compañeros comunistas. Otros le considerarán un simple mentiroso compulsivo (a
pesar de las evidencias de la veracidad de sus testimonios). Pero de lo que no
cabe duda es que fue un hombre valeroso, por el hecho de que se enfrentó en dos
ocasiones a todo en lo que creía, primero al capitalismo, y luego al comunismo,
en el nombre de la libertad, y que además pagó un gran precio por ello: como le
dijo en una ocasión a su esposa, cuando decidió abandonar el comunismo, “dejo
el bando de los ganadores para unirme al mundo de los perdedores”, pensando en
las consecuencias que iban a sufrir su hija y su esposa. Pero seguro que no
pensó, que hoy en día, su nieto David Chambers, además de llegar su apellido
con orgullo, tiene una página Web en la que expone todo tipo de información
sobre su vida y los juicios, además de un Facebook abierto a nombre de
Whittaker Chambers, en el que se realizan interesantes intercambios de
opiniones, no solamente de los libros que él escribió en vida, si no de
revisiones de libros que hablan sobre él.
En conclusión, no hay
que quedarse solamente con las explicaciones superficiales que se suelen dar
sobre los procesos históricos. Todo tiene un transfondo merecedor de ser
contado, y que en ocasiones aclaran muchas dudas, "o al menos en
parte", como por ejemplo a la pregunta inicial.
Igual que en las décadas de los 60' y 70',
las generaciones alemanas pidieron una explicación a sus antecesores, de cómo
pudieron permitir que algo tan vergonzoso ocurriera, algunos intelectuales, que
en su momento apoyaron al régimen comunista y trabajaron para él, en un momento
dado abrieron los ojos, igual o de un modo diferente al de Whittaker Chambers.
Puedo hablar concretamente de uno en especial, Czeslaw Milosz, que tras haber
servido en las administraciones polacas, finalmente se exilió, desvinculándose
totalmente de un régimen, que como él propiamente dice "se había
adjudicado el derecho de pensar y actuar por él", y en 1953 escribió el
libro "El pensamiento cautivo", donde analiza el "lento, pero
irremediable proceso de ceguera y entrega de los intelectuales de las
democracias populares a las normas de conducta, creación y fe impuestas, como
las del marxismo-leninismo”. En él, nos muestra un punto de vista muy
interesante fundado en la experiencia, desde el cual, no con intención de
exculparse, nos muestra que nos pudo pasar a cualquiera: “los argumentos
convincentes, sumados a las amenazas, producían la conversión necesaria con
seguridad matemática”. Podemos decir que los que sucumbieron a las amenazas se
rindieron, y pueden parecernos detestables por ello, o podemos aceptarlos como
“víctimas de una situación histórica”... Sin embargo no creo que lo más
importante sea juzgar, pero sí utilizar esta arma analítica correctamente, para
ayudar a la superación del odio entre naciones y grupos étnicos, y tener muy
claro sobretodo, que no se puede condenar a todo un país por las acciones de un
gobierno. Más que centrarnos en ello, deberíamos reflexionar sobre la
manipulación, e intentar aprender de los errores del pasado.
BIBLIOGRAFÍA:
Libros:
- La CIA y la guerra fría cultural. De Frances Stonor Saunders.
Ed.Debate S.A.-2001.
- LA PAZ SIMULADA “Una historia de la Guerra
Fría 1941-1991”. De Francisco
Veiga, Enrique U. Da Cal y Ángel Duarte. Ed. Alianza Editorial S.A.-1997.
- SOBRE EL OLVIDADO S. XX. De Tony Judt.
- EL PENSAMIENTO CAUTIVO. De
Czeslaw Milosz. Ed. Orbis S.A.-1981.
Páginas Web:
[1] “El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión.” (P.819).
[2] “El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión.” (Pié de fotografías, entre pág 320 y
323).
[3] Noviembre de 2010. “Oyó los gritos”, una revisión de el libro
“Whittaker Chambers: el espíritu de un contrarrevolucionario” de Richard M.
Reinsch II, por Gary Saul Morson.
[4] “EL pensamiento cautivo”. De Czeslaw Milosz.
[5] “La paz simulada. Una
historia de la Guerra Fría 1941-1991” (Pág.29)
[6] “La paz simulada. Una
historia de la Guerra Fría 1941-1991” (Capítulo2: Fuerzas ocultas y naciones en
armas).
[7] Se refiere del lado del comunismo.
[8] “La CIA y la guerra fría
cultural”, de Frances Stonor Saunders. (Pág.273).
[9] “La CIA y la guerra fría
cultural”, de Frances Stonor Saunders. (Pág.395 Citación de Stein en Ibíd).
[10] La NKVD es la organización soviética que se encargaba del control
de todas sus redes en el extranjero.
[11] “El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión.” (Pág.348)
[12] Nombre de Whittaker Chambers antes de cambiar el apellido de su
padre por el de su madre durante su adolescencia.
[13] Elisabeth Bentley había sido la sucesora de Chambers en la
Sección Cuarta de la Inteligencia Militar Soviética.
[14] Henri de Lubac: uno de los teólogos más influyentes del S. XX.
[15] Capítulo18, ¿Una tragedia estadounidense? El caso de Whittaker
Chambers.
[16] En el libro “La CIA y la guerra fría cultural”, de Frances Stonor
Saunders, a pesar de ser la primera edición del año 2001 (9 años después de la
apertura de los documentos históricos de la Unión Soviética), en la pág.262 hay
una referencia de Alger Hiss en la que se argumenta que el caso sigue abierto.
[17] David
Chambers es un consultor de gestión, con experiencia en los medios de
comunicación y las comunicaciones, se especializa en Oriente Medio de
televisión y el cine. Sus artículos de opinión y cartas han aparecido en The
Wall Street Journal, Editor & Publisher, Los Angeles Times, The Washington
Times, y The Times, Oriente Medio. Entrevistas o citas incluyen rápida TV
Noticias, Revista de radar, y Movie Maker Magazine. Artículos por él en su
abuelo Whittaker Chambers se puede encontrar en www.whittakerchambers.org y en
http://wcinbooks.whittakerchambers.org .
[18] Autora de la novela histórica “Trianón”, “Madame Royal” y “La
sombra oscura de la noche”.
[19] En 1939, cunado Chambers decidido contar su história, acudió a La
Casa Blanca, concretamente a a Adolf A.
Berle Jr., pero éste, tras una breve investigación, no creyó que fuera
necesario actuar.
[20] Todas las frases escritas en menor tamaño durante este capítulo
“EL CASO CHAMBERS-HISS” son transcripciones directas de los juicios, extraídas
de un artículo de prensa del New York Times: Domingo, 12 de diciembre de 1948
“Hiss y Chambers, extraña história de dos hombres”.